Un blog es la oportunidad de mostrar tus intimidades neuronales a un desconocido conocido, si eres un exhibicionista personal. De lo contrario, el blog se convierte en la exposición de aquello que quieres que vean los demás de uno mismo; haciendo invisible aquello que no se reconoce como propio o aquello que se etiqueta como cotidiano. Sea cual sea mi caso (que estoy por descubrir)... Ladies and Gentlemen... Cojan todos sus conocimientos, habilidades y emociones (mejor si son negativas) y prepárense para nada nuevo. Los que carezcan de alguno de los elementos anteriores aférrense a cualquier bien material más o menos preciado, o quizás convenzan al primer desconocido que pase por la calle para que les provoque alguna reacción en sus planas vidas neuronales. ¡¡¡Bienvenidos a mi particular mundo!!!

jueves, 17 de enero de 2008

...when I'm dreaming of you...

Quizas la regularidad no sea una de mis mejores virtudes. El método no es demasiado amigo mio. En fin, lo importante es que he vuelto otra vez, une autre rentrée.
Sigo en el cambio permanente, es curioso, yo que soy un amante de la quietud, de lo estático. Eso sí, sigo recordando aquello que de niño sucedió y que viene conmigo como compañero de viaje. Recuerdo aquellos globos rojos, ligeros, brillantes y redondos con un cordel blanco largo que no paraba de estirar. Porque sí, para mi los globos siempre serán rojos por muy azules, amarillos o verdes que intenten parecer. Cada vez que me daban uno sentía esa emocion propia de tener algo que no seguía ninguna regla conocida por mi, que volvía el mundo del reves y que tenía vida propia. Era mágico y me sentía orgulloso, como el protagonista de aquellos cuentos que leía, tras conseguir un objeto igual de deseado como de extraño. Tiraba de su cordel y lo intentaba someter a mi voluntad, comprobando inmediatamente que era tan maravilloso y raro que no seguia mis ordenes. Pero siempre llegaba un momento fatal. Cuando tenías al alcanze un segundo globo, igual de bonito, mágico y rojo. Es entonces cuando sopesabas infantilmente las alegrías y tristezas que conseguirías con aquel ser, aparentemente idéntico y de sutiles matices diferente. El llanto estaba servido. Miedo de abandonar lo conocido, cómodo y seguro; e incertidumbre por las nuevas alegrías y penas que empezarías a conocer si aferrabas con tu pequeña mano aquel cordel espectante.
Es extraño que la vida sea una larga sucesión de globos y que el llanto siga ahí.

PD: Bienvenido Carles y ánimo papis!!!