Pililavision

Ha vuelto a pasar. Como un niño cuando escribe su carta a los reyes magos, ayer proclamé a los cuatro vientos: puedo prometer y prometo que nunca más volveré a beber vino...o ron con cola?! Pero no es esto lo que me sorprende, habituado a mi pereza interminable y al discurso fácil. Fue a mitad de noche, mientras esperaba que unas chicas salieran del baño de los tios (¡que tonteria la de separar por sexos los baños!), cuando me asaltó una chica con un discurso que me dejó vacio de ideas y palabras... Los chicos lo teneis más fácil -me espetó a la primera de cambio-. Si yo tuviera pilila (así la llamaba ella, Carlitos no escuches) no tendría que estar aquí. Todo sería mucho más facil. Como si me hubieran llevado a ese lugar donde los conceptos no sirven y donde las ideas jamás osan entrar; me quedé sin palabras y apenas dije dos tonterias fruto de la coca-cola (por supuesto). Que bonita reflexion, la pilila te hace la vida más facil, cómprate una pilila! Al principio tiré esta idea donde se merecia; pero en plena resaca volvió a mi como castigo. Ahora no divagaré sobre las ventajas e inconveniente de poseer una; sino por qué demonios esta chica achacó todas sus penas a su carencia. Y lo que es más grave... pq le llamaba así, que es entre infantil y gracioso? La verdad que la única conclusión a la que llegué tras un dia espesillo es: "pobrecilla, no sabe lo que está diciendo... la farlopa cada día viene más cortá".